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By Mario _LAMANOLOCA_

Bienaventurados los dueños de un balcón en Valencia, por que de ellos será la pasta.

Bienaventurados los dueños de un balcón en Valencia, por que de ellos será la pasta.

Cuanto golpe de pecho, cuanto feligrés emocionado y dispuesto. Pero la visita del Vicario de Cristo a la ciudad de Valencia es mucho más que el chorro de bendiciones y los discursos incontestables. Las calles se engalanan a su paso y los balcones lucen sus mejores macetas y los más lindos trajes, al tiempo que sus henchidos dueños esperan con los brazos y los bolsillos abiertos el enorme chorro de dinero que generará la especulación por los derechos de los mismos.
Que curiosa paradoja: humildes siervos de Dios comerciando, cual fariseos, con los privilegiados asientos elevados que ofrecen los bienaventurados edificios del paso del cortejo.
Ya es noticia las enormes sumas de dinero que se solicitan por un buen balcón. Incluso por uno malo se pagan cantidades insultantes.
¿Creen ustedes que declararán el IVA en la factura? ¿O irá toda en negro? Y los beneficios, ¿los usarán para obras de caridad? ¿O se comprarán un plasma de última generación?
Si señor, curiosa paradoja… Cuanto hombre de fe jactándose de hijo de la luz, y que oscuros y vanos intereses detrás de tanta banderola blanca y amarilla.

Como cierre a esta breve reflexión quisiera dejar constancia de unas frases dignas del evento en cuestión:

“El último cristiano murió en la cruz”. Friedrich Nietzsche
“Si cristo volviera, él sería todo…menos cristiano” Mark Twain
“¡Desde tiempos inmemoriales es bien sabido cuán provechosa nos ha resultado esa fábula de Jesucristo” Papa León X

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